Amanecerás una mañana soleada,
sumergido en un hermoso "pensa-siento"
imaginando cada paso a dar,
esperando el buen momento para avanzar.
Rumbo... ¡hasta que se acabe el mar! (como le decías al aitona de niño).
Vuelas y vuelas
entre corazón y corazón...
no más cansancio entre tus huesos,
taladrados de amores y honores,
una luz de Amor te colma y
ríes con nosotros/as
a carcajadas... al viento, al viento.
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